La Educación inclusiva como lo menciona Ainscow, es un principio transversal para generar el cambio de la educación y de los sistemas educativos, lo que implica transitar desde un paradigma que no reconoce la diversidad, la valora negativamente o la construye como una amenaza, y que niega la existencia de otros diferentes a lo considerado como común, a un sistema educativo que se construye desde las comunidades educativas, reconociendo y valorando las distintas culturas y sus características e identidades históricas y presentes, donde se posibilita y valora el encuentro con el otro y que ayuda a promover una sociedad más justa y sostenible, que pone en valor la diversidad, como dice Maturana, que es capaz de “reconocer al otro como legítimo otro en la convivencia”.

En esta definición es importante tener en cuenta tres dimensiones fundamentales, las que como plantea Echeita, son interdependientes entre sí, por lo tanto, se afectan y están presentes en el proceso Inclusivo, estas son la presencia, la participación y el aprendizaje. La articulación de estas dimensiones, está relacionada directamente con las competencias que el/la docente posee.

Este programa de diplomado entrega herramientas para mejorar el desempeño de Profesionales Asistentes de la Educación en el sistema escolar, acordes con las necesidades del siglo XXI.