El programa pretende entregar diversas herramientas eminentemente prácticas que faciliten el rol de los encargados de convivencia y mediadores escolares, con especial énfasis en la formación de competencias que permitan el trabajo en establecimientos escolares que atienden la diversidad y que están abiertos la interculturalidad y multiculturalidad, contemplando también los componentes propios de la convivencia ciudadana y procurando la tolerancia, respeto y el “buen trato” en toda la comunidad educativa.

También el diplomado está enfocado en formar a los encargados de equidad de género en entidades de educación superior, permitiendo a dichas instituciones contar con profesionales altamente calificados para desarrollar e implementar políticas y medidas orientadas a la prevención de acoso sexual u otras conductas de violencia de género, así como también a fomentar la tolerancia y el respeto por la diversidad.

La convivencia es un aspecto trascendental en las relaciones humanas no exento de desavenencias, desacuerdos, comunicación inadecuada, etc. lo que puede dar lugar a diversos tipos de conflictos, los cuales muchas veces se resuelven violentamente y, aunque las situaciones violentas aparezcan de forma aislada, no se puede negar o invisibilizar su ocurrencia.

Las entidades educativas no escapan a este fenómeno y, aun cuando la mayor parte de las prácticas educativas son favorecedoras de una buena convivencia, lo cierto es que el influjo de otros entes sociales hace que también estas se constituyan en un escenario para la aparición de conductas disruptivas.

Por otra parte, la convivencia también implica “aprender a convivir”, lo cual incluye a tolerar y aceptar la diversidad. Por lo mismo, resulta relevante el trabajo alusivo a la medicación escolar, puesto que esta es una instancia que permite el modelamiento conductual, así como también, el reconocimiento del conflicto como algo inherente a toda actividad humana.

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